Apuntes sobre la evoluci�n de la exportaci�n de frutas y hortalizas espa�olas

El a�o 2024 ha concluido, seg�n las primeras estimaciones del Ministerio de Agricultura, con una desigual evoluci�n del valor de la producci�n en frutas y hortalizas. Las primeras crecieron un 6,1 %, mientras que las segundas disminuyeron un 1,4 %. En ambos casos, los precios fueron sensiblemente inferiores a los del a�o anterior (aproximadamente un 6 % menos en ambos). El aumento de la producci�n ha salvado al conglomerado de las frutas y ha hecho que la ca�da del valor en las hortalizas no haya sido mayor. A pesar de esto, las frutas y hortalizas siguen siendo el ep�grafe m�s importante dentro del valor de la producci�n agraria, representando respectivamente el 17,8 % y el 18,9 % del total.

Si algo caracteriza a este sector es su vocaci�n exterior: el 52 % de la producci�n acaba fuera de Espa�a. Por tanto, m�s all� del mercado nacional, es necesario analizar c�mo ha evolucionado el cliente extranjero en los �ltimos a�os. Empecemos por las grandes cifras. A pesar de ser cifras provisionales, 2024 acabar� con aproximadamente 13,3 millones de toneladas exportadas, casi un 6 % m�s que el a�o anterior. Su valor superar� los 19.300 millones de euros, un 5 % m�s. Las frutas y hortalizas m�s expedidas o exportadas seg�n valor son: el pimiento (7,8 %), la mandarina (6,6 %), el tomate (5,9 %), la naranja (5,8 %), el pepino (4,9 %), el lim�n (4,4 %) y la fresa (4,1 %). Almer�a contin�a siendo la provincia con m�s exportaciones, tanto en valor como en volumen, representando el 22 % y el 19 %, respectivamente, frente al 20 % y el 18 % de Murcia. Valencia y, en menor medida, Huelva, Alicante y Castell�n completan el grupo puntero de provincias con mayores ventas al exterior.

El principal comprador de frutas y hortalizas espa�olas es Alemania, que adquiere el 27 % de todos los env�os. Le siguen Francia (17,8 %), Reino Unido (9,4 %), Portugal (7,5 %), Pa�ses Bajos (7,2 %), Italia (6,2 %) y Polonia (4,7 %). Estos siete pa�ses suman casi el 80 % del total. De todos ellos, destaca negativamente Reino Unido, pa�s que en pocos a�os ha pasado de ser un destino preferido por sus precios altos a convertirse en un importador que paga por debajo de la media. De hecho, Reino Unido es uno de los pocos pa�ses donde en 2024 descienden las exportaciones nacionales tanto en kilos como en valor (6 % y 7 %, respectivamente): la inflaci�n, especialmente de los alimentos, y las dificultades de aprovisionamiento tras el Brexit han hecho que este pa�s busque amparo en los productos procedentes del norte de �frica. Valgan algunos datos para ilustrar la situaci�n: en 2019 Marruecos export� a Reino Unido 151.800 toneladas de frutas y hortalizas; esta cifra ha aumentado a 263.000 toneladas en 2024. En contraposici�n, Espa�a ha tendido a proteger sus intereses en Alemania, pa�s que ha incrementado dos puntos porcentuales su representatividad en la cartera nacional en los �ltimos 5 a�os (casi lo mismo perdido en Reino Unido), a pesar de haber dejado de comprar 150.000 toneladas en t�rminos absolutos.

Esto �ltimo se alinea en cierta medida con lo que ha sucedido en t�rminos generales, ya que el total de las exportaciones espa�olas en volumen presenta una tendencia negativa, a pesar de algunas variaciones. El a�o 2019 fue el �ltimo en el que Espa�a alcanz� un m�ximo relativo: se exportaron 14,7 millones de toneladas de frutas y hortalizas, frente a los 13,6 millones del a�o anterior, un incremento significativo. A partir de entonces, las cifras iniciaron una decadencia, detenida en 2021 al alcanzarse de nuevo 14,6 millones de toneladas tras superar lo peor del COVID, que volvi� con fuerza al a�o siguiente (13,2 millones), cayendo de nuevo en 2023 (12,4 millones) para recuperarse parcialmente en 2024 (13,3 millones). Este carrusel refleja bien las problem�ticas vividas en solo 5 a�os: una pandemia que se sum� a un aumento normativo a ra�z de la aprobaci�n del Pacto Verde (con la nueva PAC incluida), el Brexit y el incremento sin parang�n del coste de los insumos, consecuencia de pulsos geopol�ticos, cuyo m�ximo se alcanz� en marzo de 2023, y del cual el productor a�n no se ha recuperado completamente. Frente al panorama anterior, el valor de las exportaciones ha seguido una senda clara de aumentos ininterrumpidos. Desde la prepandemia, en 2019, hasta 2024, el valor de las exportaciones ha crecido un 26 %, es decir, a un ritmo superior al 4 % de media anual.

En este punto, hay que recordar que el m�ximo del �ndice Armonizado de Precios al Consumidor UE-27 para las frutas y hortalizas alcanz� su punto m�s alto, aproximadamente, en marzo de 2023, misma fecha en la que los costes llegaron a su cenit (un 30 % acumulado desde junio de 2021, momento de inicio de la crisis del precio de los insumos). A partir de ese momento, ambos indicadores (costes netos de salida de almac�n y precios al consumidor) han seguido una senda similar: aunque hubo una ca�da, a principios del oto�o de 2023 comenz� una nueva tendencia creciente, aunque con altibajos. Sin duda, el valor de las exportaciones no es m�s que un reflejo de las presiones en toda la cadena de suministro. En otras palabras, lo que ha existido en estos �ltimos a�os ha sido un traslado del aumento del coste de los insumos al consumidor, debido a la imposibilidad de que el productor y las empresas de comercializaci�n pudieran seguir funcionando. En caso contrario, se habr�a puesto en peligro la viabilidad de todo el sector exportador nacional. Los principales clientes (gran distribuci�n) han tenido que aceptar procesos de negociaci�n al alza para evitar el deterioro de sus proveedores y, por tanto, la ca�da de la oferta.

Pero como en la vida, cualquier acto tiene sus consecuencias a medio y largo plazo. En Reino Unido ya las hemos visto. En Espa�a, las importaciones de frutas y hortalizas (en toneladas), sin contemplar la patata, se han podido contener, ya que en determinados productos se aprecia un repliegue del exportador hacia el mercado nacional. Veremos cu�l ser� la estrategia de los clientes en el resto de pa�ses. Sabemos que tender�n a buscar soluciones alternativas, ya me entienden. El peligro est� claro: no pueden volver los precios antiguos, no compensar�an los costes actuales.